Los síntomas comenzaron durante un período de estrés, sin una causa física o lesión.

Los síntomas persisten o reaparecen después de que una lesión ha sanado. Como dice el Dr. Schubiner, todas las lesiones sanan y las cicatrices no duelen.

Los síntomas ocurren en muchas partes diferentes del cuerpo al mismo tiempo.

Los síntomas se propagan a diferentes áreas del cuerpo con el tiempo

Los síntomas tienen un patrón simétrico en el cuerpo, una imagen especular en el lado izquierdo y derecho. Esto rara vez ocurre con el dolor estructural.

Los síntomas ocurren en todo un lado del cuerpo o en la mitad de la cara, cabeza o torso. Esto no corresponde a daño físico.

Los síntomas se irradian al lado opuesto del cuerpo o hacia abajo de una pierna o brazo completo, a diferencia de un dolor nervioso que solo afectaría la parte del brazo o pierna donde se encuentra ese nervio.

Los síntomas tienen cualidades como hormigueo, eléctricos, ardor, adormecimiento, calor o frío. Estos son comúnmente síntomas causados por el sistema nervioso, especialmente cuando no hay evidencia de daño real en los nervios.

Los síntomas cambian de una ubicación del cuerpo a otra, ya sea en cuestión de horas, días o semanas.

Los síntomas son más o menos intensos dependiendo de la hora del día, o ocurren justo al despertar por la mañana o en medio de la noche (lo cual se debe a la actividad subconsciente del cerebro).

Los síntomas ocurren después, pero no durante, la actividad física o el ejercicio. Una lesión estructural duele cuando se usa y mejora cuando se descansa.

Los síntomas aparecen cuando uno piensa en ellos o cuando alguien pregunta sobre ellos.

Los síntomas surgen cuando aumenta el estrés, o uno piensa en situaciones estresantes.

Los síntomas son mínimos o inexistentes cuando uno está involucrado en actividades placenteras o distractoras, como estar de vacaciones o no pensar en los síntomas.

Los síntomas son mínimos o inexistentes después de algún tipo de terapia, como masajes, quiropráctica, Reiki, acupuntura u otros suplementos herbales y vitamínicos. Cualquier cosa que calme la señal de peligro tiende a disminuir los síntomas.

Los síntomas son desencadenados por la anticipación del estrés o una situación estresante en sí, como la escuela, el trabajo, una visita al médico, pruebas médicas, visitas familiares o reuniones sociales.

Los síntomas son desencadenados simplemente imaginando participar en la actividad que los provoca, como inclinarse, girar el cuello, sentarse, pararse o comer ciertos alimentos. Esto confirma que el cerebro está creando síntomas incluso sin realizar la actividad.

Los síntomas son desencadenados por estímulos que no están relacionados con el síntoma. Por ejemplo, los alimentos no causan dolores de cabeza; la luz, los sonidos, los olores o las pantallas de computadora no causan dolor corporal; los movimientos no causan fatiga y los cambios climáticos no causan dolor en las articulaciones. (No se ha demostrado en investigaciones que el clima aumente el dolor).

Los síntomas son desencadenados por un toque ligero u otros estímulos inocuos como el viento o el frío. Las personas con trastornos del circuito neural pueden ser sensibles al tacto sin afectar a la parte más profunda del cuerpo donde se siente el dolor.